La misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que inspecciona la planta nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, demandó una “zona de seguridad” en la central ante los nuevos bombardeos en la principal instalación nuclear de Europa, en medio de la guerra.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) concluyó que la situación actual “es insostenible”, por lo que convocó a Rusia y Ucrania a garantizar un plan de protección en las inmediaciones del complejo y detener todo ataque, pues de lo contrario podría ocurrir un desastre de gran escala en el complejo, que sigue desconectado.
En un informe, a casi una semana de llegar a la central, el organismo refirió que los ataques entre las tropas de ambos bandos no han detonado una emergencia nuclear, pero confirmó que la planta representa una “constante amenaza”.
Asimismo, ratificó las acusaciones de Ucrania, pues comprobó que los soldados de Vladimir Putin han trasladado y almacenan en la zona equipo militar en las instalaciones, cerca de los reactores 1 y 2; por lo anterior, pidió al Kremlin el retiro inmediato de soldados y vehículos al advertir que dicha zona no es para ello.
De acuerdo con medios locales, el director de la IAEA, Rafael Rossi, prevé presentar las conclusiones y recomendaciones de esta inspección hoy mismo ante el Consejo de Seguridad de la ONU, a casi seis meses de que los rusos se apoderaran de la región, una semanas después de la invasión.
Al respecto, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, sostuvo que mientras la central estuvo en su poder no se registró ningún incidente, pero desde que los rusos tomaron el control hay una amenaza constante por el riesgo de fuga de radiación, debido a bombardeos e incendios registrados en la central, de los que ambos países de culpan entre sí.